domingo, 8 de noviembre de 2009

AUDIENCIA Y CONTENIDOS

La radio es el medio indicado para ripostar acusaciones impresas, si alguien quiere dar un golpe de opinión, se “confiesa” con Julio Sánchez en la “wRadio”. Pero no hay cosa en que los políticos nuestros crean más que en nuestra televisión.

Se cambio la tradicional tribuna congresista, el oratorio de la plenaria, la mesa directiva del salón Elíptico del Parlamento, por la propaganda mediática de los medios electrónicos.


La gran puja semanal en las sesiones ordinarias se circunscribe a ganar la rifa por la televisación en horario de mayor audiencia, de un insulso debate al cual citan a cinco ministros y al fiscal, quitándoles tiempo para la gestión social.

De parte de la audiencia generalizada también hay responsabilidad, no tenemos autorregulación, capacidad de discernimiento como televidentes, vemos lo que nos pongan, vemos esa programación insípida de ideas calcadas sin tomarse el trabajo se ajustarlas a nuestra idiosincrasia. Conocemos la crisis de contenidos pero persiste la avidez por verlo todo y no perderse nada de todo eso.

Desaparecieron de la pantalla figuras de la televisión que marcaron el medio, presentadores, periodistas, locutores, actores, productores y excelentes directores; la historia del país ha aparecido contada de diferentes maneras y con lenguajes acordes a las técnicas y estilo propio de cada período.

Series tan ejemplares como “Revivamos Nuestra Historia” con temas tan interesantes que recreaban el bogotazo, a los comuneros o Pedro Claver , consiguieron acercar el conocimiento y estudio de la historia a los jóvenes que la sentían como algo lejano.

EL ABUSO DEL DIRECTO

La inmediatez tecnológica ha llevado a la televisión a improvisar, productores y realizadores van por la vía fácil y económica, cada vez se conduce a la emisión de eventos que suceden en ese mismo instante, llegando al extremo de convertir en telenovela los acontecimientos policivos o de orden público.

Por su parte, los llamados padres de la patria, ponen su cuota de protagonismo en la transmisión en directo, mayor a cinco horas, de los debates con un variado menú de desavenencias, improperios, falsas acusaciones e insultos, propios de un reality escenificado en un set del Capitolio Nacional.

El canal del Congreso, que valga decirlo, no existe como canal abierto porque su frecuencia en el espectro electromagnético aún no ha sido asignado por la Comisión Nacional de Televisión, mientras tanto su señal es llevada directamente al satélite y por Acuerdo normativo todos los cable-operadores del país y los operadores de televisión directa satelital, deben incluirlo obligatoriamente en su menú de canales, al igual el canal institucional debe asignar las horas necesarias para retransmitirlo.

Esta es la diferencia de la televisión reciente con la llamada televisora nacional de antaño donde aparecían personajes que, guste o no, sentían pasión por lo que hacían, llámense Fernando Gonzalez Pacheco, Gloria Valencia de Castaño, con Naturalia; el productor de Animalandia, Germán García y García o Bernardo Romero Pereiro escribiendo y dirigiendo dramatizados; la responsabilidad de los periodistas Jaime Soto y Arturo Abella y la credibilidad de locutores como Heriodoro Otero.

En los últimos años entran y salen de la tele tanto jóvenes como experimentados, sin dejar huella de ética y profesionalismo, son comunicadores “segundones y secundones” lo primero porque redactan los hechos en solo 10 o 15 segundos y secundones porque los mass media, todo poderosos les cortan las alas al libre ejercicio del oficio periodístico.

El poder ha quedado en manos del productor ejecutivo, un gerente secundón que cumple órdenes superiores y de ahí los vicios de programación, los largos programas de chisme de los fines de semana, las historias de ficción de nuestra cruda realidad, reflejadas en escenas y crudos diálogos de Pandillas, Capos y Muñecas mafiosas.

El género del entretenimiento no se queda atrás, el último “Factor X” con el afán del rating, centró todo su interés en burlarse tendenciosamente de inocentes participantes con limitaciones estéticas y de talento, en lugar de cumplir con la misión real del proyecto, cual era la de estimular nuevos talentos jóvenes e inéditos en el campo musical. Al final el calificadísimo jurado premió a una pareja que llevaba más de diez años viviendo del canto en la bohemia vallecaucana.

Por su parte la crítica de los grandes medios se queda sin dientes, los más influyentes son a su vez dueños y socios de canales de televisión. Ante la ausencia de análisis y propuestas, lo indicado es auto-promocionar sus contenidos.

EL TERCER CANAL

Estamos seguros que la Comisión Nacional de Televisión, al incluir en el pliego de condiciones para la licitación del llamado Tercer canal Nacional, ha impuesto el criterio –al menos esa es la intención- de los contenidos como un precepto del plan de desarrollo como calidad de los servicios y acceso universal de la televisión.

En la puja por el tercer canal, el sistema de la oferta mejorada del plan básico de programación, es el contenido del segundo sobre que los tres proponentes deben señalar, se constituye en una novedad al intentar meter diente a los contenidos a través de la exigencia de medias horas de contenido infantil, opinión y géneros no cubiertos de producción nacional. Ojalá este esfuerzo valga la pena y se cumpla a cambio del detrimento económico.

La verdad es que la televisión es el reflejo estereotipado de lo que nosotros somos y como dice Ulanovisky: “Qué mal estaremos nosotros para que la televisión esté así?” cuando, agrega, que el mundo involuciona a lo visual, volviendo a lo primario cuando el mundo era visual.

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